PARTITURA
Hace falta sensibilidad
para escuchar una obra,
nacida en la grandiosidad
de un personaje que logra,
construir en su inmensidad
puzzle, sin piezas de sobra.
A la postre
al final de la aventura,
surgen toda una corte
de notas que en su estrechura,
persiguen todas el norte
de hacer una partitura.
Se amontonan, se entremezclan
la, do, re, fa, una a una van saliendo
y entre todas componiendo
y a la sazón permanezcan,
para seguir complaciendo
a los que bien lo merezcan.
Una vez las notas puestas
como rosario de cuentas,
hay que enhebrar con el hilo
evitando que en el filo
caigan como hojas muertas,
estando todas dispuestas
hacer de una fuente, el Nilo.
Cuando todo esta dispuesto
hay que ordenar lo tejido,
dando siempre por supuesto
que la inspiración ha surgido,
de una batuta que "presto"
saca del sueño al dormido.
Cuando subes al estrado,
tu figura se acrecienta
envolviendo gracilmente su costado
cual si fueras madre ardiente,
encaramas a tu prole en la pendiente
que los sube por peldaños empinados
a la gloria que les das, sobresaliente.
Y así con esa cadencia de manos
con gestos muy vivos anuncias,
sonidos que surgen ufanos
palabras que solo pronuncias,
escarcha de aromas mezclados.
AL MEDICO
Vocación sin condición
servicio por los demás.
Vocación a condición
curar sin pensar en más.
Desde Hipócrates se supo
que en el arte de sanar,
siempre la ciencia cupo
ciencia, que no es muy exacta,
si se trata de curar.
El médico de vocación
el que vive en los demás
sufriendo como el que más,
gozando en la curación,
no mide el tiempo
siempre está atento
buscando un gesto
que le haga amar.
Quiere ser brisa
que empuja, la vela al viento
bálsamo con su sonrisa,
que quita tu sufrimiento,
que vive sin mucha prisa
que cumple su juramento.
En el arte de sanar
fundamental, para hacerlo bien,
prepararse y estudiar
paciencia, sin un desdén
dispuesto siempre a escuchar
un hombro para una sien,
un pozo para guardar,
secretos por siempre amén.
El médico, busca la verdad
guía, anima, consuela
combate la enfermedad,
pide perdón si la yerra
al ver que a pesar de su entrega
en lucha más bien desigual,
asiste, por más que no quiera
a mal desenlace final.
Trata por todos los medios
cumplir con honestidad,
misión que le da la vida
curar, a la humanidad.
PARIPÉ
En mi afán de ver las cosas
no quisiera yo ofender,
cuando observo que las rosas
son mas lindas y primorosas
que los versos del querer.
Lo que pasa por las manos
de su mente en los humanos
no consigue convencer,
pues el haz no es transparente
y provoca que la gente
meta el dedo, en la llaga del saber.
Ya no es nada como antes
nos miramos con recelo, y tratamos descubrir
que artilugios lleva en danza
cual si fuera Sancho Panza
y sus entuertos encubrir.
Si es la mano la que aprieto
después de un trato establecer
confieso, que no es como antes
que era más, que firmar un papel,
cuando el honor era el estandarte
de gentes de buen proceder.
Pase usted señora, siéntese por favor
disculpe si la he molestado
¿Le incomoda el humo?, ¿le entorpezco la visión?
¿Esta ocupado el asiento?, ¿puedo usar este sillón?
Frases que por antiguas no suenan a rancias
y al que las usa le dan la ocasión,
de mantenerse como un caballero
y subir un puesto en el escalafón.
Cuando observo como la sociedad aguanta
todo este absurdo paripé
como discurren elogios, que al sabio espantan
y se alejan del hombre de buena fe.
No encuentro respuestas y mi moral se quebranta
poniéndome en manos DEL que todo lo ve.
