PARIPÉ
En mi afán de ver las cosas
no quisiera yo ofender,
cuando observo que las rosas
son mas lindas y primorosas
que los versos del querer.
Lo que pasa por las manos
de su mente en los humanos
no consigue convencer,
pues el haz no es transparente
y provoca que la gente
meta el dedo, en la llaga del saber.
Ya no es nada como antes
nos miramos con recelo, y tratamos descubrir
que artilugios lleva en danza
cual si fuera Sancho Panza
y sus entuertos encubrir.
Si es la mano la que aprieto
después de un trato establecer
confieso, que no es como antes
que era más, que firmar un papel,
cuando el honor era el estandarte
de gentes de buen proceder.
Pase usted señora, siéntese por favor
disculpe si la he molestado
¿Le incomoda el humo?, ¿le entorpezco la visión?
¿Esta ocupado el asiento?, ¿puedo usar este sillón?
Frases que por antiguas no suenan a rancias
y al que las usa le dan la ocasión,
de mantenerse como un caballero
y subir un puesto en el escalafón.
Cuando observo como la sociedad aguanta
todo este absurdo paripé
como discurren elogios, que al sabio espantan
y se alejan del hombre de buena fe.
No encuentro respuestas y mi moral se quebranta
poniéndome en manos DEL que todo lo ve.
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