lunes, 2 de abril de 2018



EL RÍO DE LA VIDA



Observando las aguas de un río
y el sonido que producen al pasar
siento por dentro, que algo se ha ido
después de luchar sin parar.


La vida, como las aguas que bajan
nunca podrá regresar,
unas veces tranquila y serena
remansando en la orilla, sin más.
Otras veces cuando algo la altera
se convierte en tumulto capaz
de envolverme y tragarme cual fiera
aunque insista en remar y remar.


Si comparas el agua de sierra
con la vida que empieza a luchar
de su fuerza al abrirse camino
no hay obstáculo que altere el destino
sin dejar de brotar y brotar.


Mas abajo, cuando ya la pendiente es menor
va buscando, sereno es su paso
dando vida por doquiera que va
cual si fuera una nurse de cuento
generosa si el tiempo le da
una tregua y así le permita
ver la vida que viene y que va.


Mas abajo, el tiempo se va
ya no hay fuerzas, me dejo llevar.
Es un agua cansina, plomiza
que le cuesta poder navegar
y en su ultimo aliento consigue

diluirse en las aguas del mar.



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