CASAS
DERRUIDAS Y ABANDONADAS
Morada, que ya no es morada
que fuiste refugio, en aquellos
remotos tiempos
dando cobijo de fuertes vientos
que hicieron y modelaron, a hombres
de piel ajada.
Ver, cuando camino por esas tierras
tus muros de adobe ya derruidos,
me asaltan a la memoria, escenas de
tantas guerras
que fueron marcando nuestro
destino.
Cuantas vivencias haciendo memoria
de gentes sencillas, que con su
labor callada
dejaron su impronta, tallada, bien
tallada
ejemplos de vida que hicieron historia.
Fuiste hogar de un solo peldaño
o pequeña posada con aquel establo,
recogiste los frutos como cada año
de vidas complejas como un buen
retablo.
Casas de labor, de peones camineros
hoy abandonadas y en el olvido
os traigo del recuerdo y emito un
suspiro
augurando se repita, en futuros venideros.
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