martes, 28 de junio de 2016

AL DIALOGO


AL  DIALOGO



A lo largo de la vida
tropiezas con gente que llama
sin saberse conocida,
abriendo la boca que clama
en pos de la musa perdida.

Lo normal es que no escuche
que insista en hablar sin medida,
que grite y que desembuche
sus cuitas y enredos de vida.

Lo suyo antes que ninguno
primero en el escalafón,
normas que tienen algunos
que solo atienden a su razón.

Por mas que te esfuerces y digas
que trates de hacerte escuchar,
prefieren que solo bendigas
su forma de hablar y pensar.

Ante tal arrollamiento
del que insiste en arrollar,
no existe ningún fomento
que te alivie en tu clamar.

Tratas en algún momento
de que escuche tu argumento
que aprenda saber escuchar,
vano esfuerzo del que se afana
en querer buscar la lana
donde no existe lanar.

A los problemas solución,
haciendo de nuestro guión
santo y seña en la batalla,
siendo el que otorga y calla
blanco perfecto de la ocasión.

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