REGLAS DE ORO DEL TOREO
Parar, mandar, y templar
trilogía del toreo
todo aquel que de esta
guisa
quiere triunfar en el
ruedo,
ha de seguir la premisa
escuchar de un buen
consejo
y aplicando bien las
normas
ajustándose al guión,
exponer, con gallardía
sus formas
como manda el escalafón.
Parar, significa en el
tiempo
con sutil movimiento de
capa
detener a una mole que
arrastra
con la fuerza que quiere
ser viento,
y fijarla, sabiéndose
dueño
del terreno que pisa
sereno,
y mostrarle al morlaco
quien manda
a pesar, de que corta el
aliento.
Mandar, tarea difícil que
por abuso
puede alterar la
composición,
dejando al bicho sin un
buen uso
al borde de la
confinación.
Para saber mandar, hay
que conocer los terrenos
las querencias, los
encastes, las tendencias,
de un animal que a pesar
de ser noble
guarda sus reglas cual
fiel tesoro
y pone sus normas con
decisión,
queriendo hacer hilo del
que no cose
buscando al que luce de
grana y oro
sombra que nace de la
ilusión.
Templar, dibujar con los
vuelos de mi capote
esos trazos que componen
una figura
siendo capaz, de cual ama
que al niño lo arrulla
envolver a esa mole que
todo arrasa
y poniéndole con arte
sobre sobre la cara
el sudario que me
acompaña en la representación
componer una estampa que
inmortalice
el binomio, más primoroso
de la creación.
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