viernes, 30 de marzo de 2018

OTOÑO



AL OTOÑO



Brisa, que tornas mas fresca
siento en mi rostro, tu paso sereno
deja que venga, que ponga una muesca
que alivie el sofoco, de estío tan pleno.


Con el cambio
en el tiempo,
se acortan las tardes
se vive el momento,
que hace que guardes
lo bello muy dentro,
que evite que arrastre
la furia del viento.


En el campo, en la tierra
los colores se entremezclan,
verdes, ocres, amarillos se pelean,
quieren plasmar el paisaje,
dibujar bien el camino,
resurgir desde el follaje,
componer con mucho atino,
impregnar con sus matices
la retina del Divino.


Campo de otoño,
que vistes tus ramas
con trazos de oro,
tapizas la tierra
cubriendo el tesoro
con agua que nieva,
que riega muy hondo
que llena de vida
por todo tu entorno.



jueves, 29 de marzo de 2018

A LA MUJER ANDALUZA

A LA MUJER ANDALUZA


Cuando quiso el Gran Supremo
escoger ama de cría,
vino montado en un trueno
buscando en Andalucía,
rostro precioso y sereno,
con el que luego María
vio sufrir al Nazareno
en la noche de aquel día.

Tienes mujer andaluza
desde que naces el arte
que inspira grandes poetas,
de pintores estandarte,
que expresan en buena parte
lo extenso de tus facetas.

Tu sonrisa te delata,
te hierve toda la sangre,
cuando bailas se desata
un huracán que con hambre
engulle cual mar de plata
marineros de un enjambre.

Sabes guardar con tu celo
camada que no te la toquen,
siempre los pies en el suelo
evitando que disloquen
lo que Dios te dio del cielo,
y así jamas descoloquen
lo que esta, bajo tu velo.

Cuando andas,
si caminas,
si despliegas tus caderas
que con gracia las dominas,
no hay montañas ni laderas
ni los valles o colinas,
que desbanquen tus maneras
la gracia que en ti sublimas.

Generosa en el dar,
parca en el recibir,
explosiva en el amar,
nacer para un sin vivir,
tratando de culminar
misión para concebir
tarea en que terminar
razón, para no morir.





lunes, 19 de marzo de 2018

A DIOS LE PIDO


A DIOS LE PIDO

Cuando admiro tu rostro tan sereno,
    a pesar de tanto daño infligido
    cual si fueras ladrón o forajido,
    siendo tú, Jesús el Nazareno.
   
    Siento vergüenza, de aquello que creaste
    que a pesar del esmero que pusiste,
    no lograste un espejo en que mirarte
    de aquello que fue, y nunca quisiste.

    ¿Por qué Señor? ¿Por qué?
    ¿Qué cambió nuestra conciencia?
    ¿Por qué Señor? ¿Por qué? 
    ¿Que alteró la convivencia
    sin saber, ni por qué fue?

    En tu gran conocimiento
    al hacer de tu imagen al hombre,
    debiste suplir del invento
    la parte que lacra y que rompe,
    que hace que sea violento
    luchando, y matando en tu nombre.

    ¿Por qué Señor? ¿Por qué
    al diseñar tu modelo
    algo distrajo tu mente,
    que hizo temblar a tu dedo
    y el curso del agua corriente,
    haciendo dos partes en duelo
    propias de una misma mente?

    ¿Por qué Señor? ¿Por qué
    consientes que el hambre se cebe
    siempre con la misma gente,
    que quiere beber y no puede
    del agua que brota en la fuente?

    ¿Por qué Señor? ¿Por qué
    permites que corra la sangre
    de aquellos que son inocentes,
    que llevan el sello del hambre
    que impide pensar a sus mentes?

    ¿Por qué Señor? ¿Por qué
    los justos no pueden tener
    lugar en el mundo y gozar,
    sin miedo a tener que perder
    en lucha mas bien desigual?
   
    ¡No hay derecho!

    ¡No hay razón!

    Quiero que actúes de hecho
    que impidas la sinrazón,
    que hagas del hombre maltrecho,
    una esperanza de vida
    que cambie el curso del tiempo
    que llegue cual brisa del viento,
    que empuje a ganar la batalla
    que ayude a olvidar la metralla,
    borrando del hombre el haz
    que deje lucir al envés,
    siendo el envés tan sagaz
    que ponga el derecho al revés.