A LA
MUJER ANDALUZA
escoger ama de
cría,
vino montado
en un trueno
buscando en
Andalucía,
rostro
precioso y sereno,
con el que
luego María
vio sufrir al
Nazareno
en la noche de
aquel día.
Tienes mujer
andaluza
desde que
naces el arte
que inspira
grandes poetas,
de pintores
estandarte,
que expresan
en buena parte
lo extenso de
tus facetas.
Tu sonrisa te
delata,
te hierve toda
la sangre,
cuando bailas
se desata
un huracán que
con hambre
engulle cual
mar de plata
marineros de
un enjambre.
Sabes guardar
con tu celo
camada que no
te la toquen,
siempre los
pies en el suelo
evitando que
disloquen
lo que Dios te
dio del cielo,
y así jamas
descoloquen
lo que esta,
bajo tu velo.
Cuando andas,
si caminas,
si despliegas
tus caderas
que con gracia
las dominas,
no hay
montañas ni laderas
ni los valles
o colinas,
que desbanquen
tus maneras
la gracia que
en ti sublimas.
Generosa en el
dar,
parca en el
recibir,
explosiva en
el amar,
nacer para un
sin vivir,
tratando de
culminar
misión para concebir
tarea en que
terminar
razón, para no morir.
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