sábado, 17 de junio de 2017

CAMINO DE SANTIAGO



CAMINO DE SANTIAGO


Recordemos tiempos inmemoriales,
cuando haciendo valer sus credenciales
un Santo Apóstol vino del Oriente,
genio y figura del Dios naciente.


Fue a para a Iria Flavia
y desde allí comenzaría
a explicar, con buena labia 
lo que más tarde sería
algo que enfoca la vida
de una forma justa y sabia.


Obras son buenas razones
de una imagen que se cuida,
que antepone a las pasiones
actitud comprometida.


Y así, un paso detrás del otro
con esfuerzo voy haciendo mi camino,
soñando cumplir el voto
vivencias de un peregrino.


Entre bosques de eucaliptus
desde muy temprana mañana
comienzo sin esbozar un rictus,
la misión de la jornada.



Un paso detrás del otro
con esfuerzo voy haciendo mi camino
un camino, que un devoto
cumple al fin con el Divino.


Entre veredas y cementerios
siguiendo la flecha amarilla
descubriendo los misterios
de una luz, que siempre brilla.


En cada recodo una casa
de césped muy bien regado,
un hórreo, y allá una vaca
que pasta tras el cercado.
El aire lleva cargado 
denso como una nube
el perdón tras el pecado
de la pasión que nos cubre.


Y así, entre valles y montañas
paso a paso voy haciendo mi camino
descubriendo las entrañas
de una tierra, que cobija al peregrino.


Un paso detrás del otro
mi camino, con esfuerzo voy haciendo
y al llegar al monte Ogozo
y vibrar ante la vista compartiendo,
me apresuro entre piedras y callejas
y buscando voy, esas torres entre tejas
que me llevan hacia el Templo del Apóstol.








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