sábado, 21 de mayo de 2016

A LA SOCIEDAD ADULTA




          A LA SOCIEDAD ADULTA


Cuando de niño veía
como a otro maltrataban,
soñaba con que algún día
grandes poderes me daban,
y así yo me convertía
en ángel guardián, que esperaban.

He crecido, y observo con pasividad
la miseria de los pueblos,
la hambruna que sin piedad,
tiene aliados a cuervos
que con su inmensa maldad,
solo piensan en sus cuerpos
sin contar, con la humanidad.

Enfrente del deprimido
el mundo de la opulencia,
que sucumbe en el olvido
que adormece su conciencia,
que tiene como su amigo
el poder, a conveniencia.

Quisiera ser gran señor
del deporte, la política o la canción,
que hiciera de un ruiseñor
escudo de piedra frente al halcón,
buscando al mejor postor
subasta de sueños, una ilusión.

El sueño se desvanece
y me encuentro en el mismo lugar,
lugar donde permanece
la lucha por cada hogar,
un nuevo sol que amanece
tratando de conquistar,
lo que todo ser merece
tan solo, por respirar.

¿Y yo que puedo hacer?
¿Puedo cambiar la historia?
¿Puedo ayudar a nacer?
¿Puedo ayudar a crecer?
Y ganarme así la gloria.

Tenemos que hacernos esa pregunta,
y si todos nos la hiciéramos
dando por hecha presunta,
valores y los pusiéramos
en favor del que se apunta,
a mejorar en su vida
facultando al que la cuida
recordando al que se olvida,
y dando lo que pudiéramos,
¡ganaríamos mas que tuviéramos!

Seamos congruentes y actuemos
con nuestra forma de ser y pensar,
eduquemos a nuestros jóvenes y alarguemos
sus ansias de entrar y ayudar,
a gentes que nacen con menos
que puedan vivir y triunfar,
movamos conciencias, busquemos
la senda que conduce a lograr,
un poco de paz y seamos,
capaces de dar y de amar.

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