DESPEDIDA
Quisiera contar a la
Sociedad
la crónica de lo que ha
sido,
una vida que en torno al
azar
logra alcanzar su destino.
Desde niño yo sentía
y el pulso se echaba a
temblar
ver como un pobre sufría
a una criatura llorar,
a una madre que vivía
la tragedia que en su hogar
se cebaba sin escrúpulos
dando siempre en la misma
diana,
alcanzando en su camino
como siempre al indigente
que quiso que fuera el
destino
la suela del más pudiente.
Soñaba y me revelaba
contra todo lo establecido
y hasta mi Dios preguntaba
si era posible, cambiar el
sino.
Repartiendo un poco de estas
mieles,
quitando dolor al desvalido,
administrando, con mas
justicia tantos bienes
haciendo del paria mi
protegido.
Y así, con esta filosofía
trate de enfrentarme a tan
dura carga
y desde joven chupando rueda
de dos personas como mis
padres,
iba adquiriendo de su
experiencia
del buen hacer hecho a
conciencia
lo que más tarde seria,
una forma de sentir
y una razón de vivir.
Siguiendo el Juramento
Hipocrático
he tratado desde el primer
momento
consolar el alma ante el
sufrimiento,
guiar al joven que pierde el
Norte,
curar los males que tiene el
cuerpo
dando consejos, siendo
soporte.
Y de esta
guisa, transcurrido el tiempo
que es tan cierto como
implacable,
me encuentro en la tesitura
de dar una
explicación de lo acontecido
rindiendo
cuentas de lo que ha sido
esta feliz,
importante, y azarosa aventura.
En primer
lugar quiero pedir
de vuestra
magna benevolencia
disculpas, que
lleguen a conseguir
un balance en
justa correspondencia.
Que los
pequeños aciertos diarios
de las dudas
que me habéis confiado
pesen mas, que
mis torpes errores primarios.
Quiero que
sepáis
que a pesar de
mis imperfecciones
de mis humanas
debilidades
de mis errores
que muchos fueron,
siempre he
tratado que mis acciones
fueran rechazo
de hostilidades
dando cobijo a
los que sufrieron
y en silencio
aguantaron, enfermedades.
Quiero que
sepáis
ahora que el
tiempo me lleva
que he tratado
de ser, siempre en la brega,
pozo sin fondo
que recoge silencios,
hombro y regazo
de tantas inquietudes,
tisana que
mitiga y sosiega de sufrimientos,
apósito que
cubre de heridas ciegas.
Y ahora que el
tiempo me lleva,
quiero ser
agua fresca que apacigua mi sed
dando por
buenos los sentimientos
que surgen y
aclaran mis pensamientos
siendo
preludio de mi vejez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario