miércoles, 18 de mayo de 2016

AMOR MADURO

                                    
                                        AMOR  MADURO





Un amor puro y sereno
quisiera yo siempre tener
conservando lo terreno
que me ayuda en el querer
aportando cada uno
lo mejor de su saber.


Al amor, como a los grandes caldos
hay que saber prepararlo,
limpiar de asperezas y granos
el fruto que bien se cosecha
después de un invierno tan crudo
al que sigue un estío que desecha
aquello que no esta maduro
que elude seguir en la brecha.


El amor como los grandes caldos
debe guardarse en secreto
sin estruendos ni trasiegos a destiempo
que interrumpan el proceso que en el tiempo
ha de hacerse con cariño y con respeto.


El silencio que acompaña a una mirada
la caricia que mitiga el sufrimiento
la disculpa ante una frase ya olvidada
o el vivir como el otro un sentimiento,
son las pautas que componen la proeza
de seguir amando siempre con firmeza
y evitar que surja así el aburrimiento. 
                                                                     

Un amor puro y sereno
quisiera yo siempre tener
conservando lo terreno
que me ayuda en el querer
aportando cada uno
lo mejor de su saber.


Ha de buscarse el buen terreno
que coincida con el árbol deseado
para que juntos caminen, lado a lado
y dando ambos de sí, lo más bueno
cosechar cuando el terreno este abonado
y gozar con ese amor puro y sereno.


El amor como los grandes caldos
a de ser, generoso, desinteresado, respetuoso
paciente, tolerante, cariñoso
con una pizca de ardor, majestuoso
que encienda la llama, que luzca dichoso
que alumbre la estancia de un sueño amoroso.


Un amor puro y sereno
quisiera yo siempre tener
conservando lo terreno
que me ayuda en el querer
aportando cada uno
lo mejor de su saber.
    

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