martes, 24 de mayo de 2016

LA JUBILACIÓN



        LA  JUBILACIÓN


No hay descanso para el tiempo
ni un minuto que perder,
desde joven yo pretendo
los relojes detener,
y mirándome no entiendo
lo imposible de vencer.

Toda una vida luchando
toda una vida muriendo,
experiencia acumulando
con errores aprendiendo,
y una vez ya conseguido
situarte en la escapada,
llega el tiempo convencido
de que pierdas la batalla.

Es implacable,
no deja cuello,
no es recargable
ni permite que lo bello
muestre su rostro amable
sin sufrir el atropello.

Se te acaba el madrugar,
el vivir sin un vivir,
intentando sin lograr
convivir y compartir
tu experiencia y olvidar,
sin sabores que asumir.

Y ahora,
cuando tu mente esta clara
y acuden sin demora
grandes ideas sin la tara
de presentarse a deshora,
cortan la soga que une,
sesgan cordón que nos nutre,
apartando de la escena
sin sacarle bien el lustre
cuando el alma esta serena
y predomina la razón,
evitando si es que truena
que nos caiga un chaparrón.

Seria más lógico nacer
con 100 años de experiencia,
para poder convencer
aportando la sapiencia,
de una vida que al revés
quiere asumir la conciencia
que en el arte del saber,
    el tiempo nos da la licencia.

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