CANSADO
Inexorablemente el tiempo
hace mella en mi semblante,
dejando que surja al viento
de luna cuarto menguante,
sonrisa que nace dentro
del alma de un navegante.
Noto en mi paso cansino
que las fuerzas van
menguando,
y aunque apelo a lo divino,
mis canas me van pesando.
Aunque mi mente, es aun bien
ligera
como liebre que esquiva al
lebrel,
no consigue del cuerpo,
quimera
que a su orden se ponga a
correr.
Ya no es nada como antes,
cuando las fuerzas sobraban
por doquier
tomen nota, aviso a los navegantes
que una cosa es querer, y
otra poder.
Hace tres días me recuerdo
llegaba a este mundo
dispuesto
a dar de mi todo y luchar,
logrando con garra mi puesto
en base a estudiar y
estudiar,
y a pesar del camino
empinado
sin sabores que había que sufrir,
navegando en un mar
embravado
sin la cuerda que ayuda a
subir,
he logrado pasar este vado
dando acceso a este valle
sagrado
donde pueda este anciano,
vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario